Condiciones de la observación:
Magnitud límite visual: +2.5 (magnitud límite telescópica: +10.5)
Horas: de 22.20 a 23.50
Localidad: Valencia, España
Seeing: 6/10 -escala Pickering-Magnitud límite visual: +2.5 (magnitud límite telescópica: +10.5)
Horas: de 22.20 a 23.50
Crónica
Estos días, todas las miradas iban dirigidas hacia la Lira. Había más objetos que observar, pero me llamaba únicamente la atención ése, M57. Era hora de retarse, y es que, en la contaminación lumínica de la ciudad, nebulosas como ésta, se convierten en ciclópeos desafíos.
Recreación de lo que pude observar ayer. Propia.
Casi la noche se resumía en "lo mismo de siempre", siguiendo ese camino, enfoqué a la zona de M57, y sin ver nada, me disponía de nuevo a subir hacia Vega cuando de pronto, un destello se hizo patente. El telescopio estaba bien enfocado y colimado, así que sospeché. Moví el tubo para que la imagen volviera a aparecer, desvié la mirada... No había duda alguna que un objeto muy gris, débil, fantasmagórico y evanescente, se aparecía al ocular. Una mancha gris que se desvanecía al ocular.
Confirmé que era M57. Aun adaptando la vista y usando la visión periférica, no pude ver más que un objeto macilento y marchito que parecía desvanecerse, muy al borde del límite de las condiciones, aunque pude apreciar en un momento de estabilidad una esfumada oquedad: el agujero del anillo, pero ni así la nebulosa era visible directamente en su totalidad. Error poner el 4 milímetros. La nebulosa se perdió entre el vasto fondo gris del ocular. En ese momento eché de menos no disponer de un 10 milímetros porque era el necesario para poder verla de manera óptima. Seguía siendo una mancha oscura y que por momentos casi desaparecía; una mácula, un hueco gris, que de vez en cuando daba destellos de brillo y se dejaba intuir incluso con forma, que se apareció por sorpresa al ocular.
Recreación Cortesía de "La Bitácora
de Galileo". (c)
El Épsilon de la Lira: la doble-doble o cuádruple. El seeing era malo, la imagen se tambaleaba, pero barriendo con el ocular de 15 milímetros e incluso, el 4 milímetros a lo loco (lo único para lo que fue necesario), se desdobló. La cuarta estrella del Épsilon se resistió a salir de su par.
Delta Lirae y su par azulado (Por Astrophoton).
Como estaba tan ofuscado en encontrar M57, pasé tantas veces por Delta Lirae, que ni le di importancia, pero al apreciar este par, una anaranjada y una azulada, realmente estuve ensimismado al ocular. Un bello par que recuerda a Albireo, aunque con menor contraste. Eran dos gemas celestes, custodiadas por débiles y jóvenes estrellas. Era interesante ver la cantidad de estrellas que se sumían en lo que parecía un pequeño cúmulo abierto. Identifiqué el que yo llamo "asterismo de los triángulos", pues entre ambas estrellas principales, parecía haber un punto de fuga del que parecían salir triángulos.
Asterismo de los triángulos. Propia.
Es un cúmulo revelación, pues casi nadie habla de él, pero es una joya, el contraste entre Delta Lirae y las estrellas que lo flanquean, formando asterismos de estrellas blancas y azuladas colma la vista. La mayoría va de la magnitud 4 a 10, pero la visión en conjunto, aun desde la ciudad, era estelar, y nunca mejor dicho. Cúmulo revelación sin duda alguna y que yo no conocía, así que sirvió para apuntarlo en la lista de "calentamiento" para los próximos días.
Esto es todo lo que dio de sí la noche de ayer, la primera de junio en que las estrellas ya sabían a verano. Si os ha gustado esta metafórica observación, podéis dejar vuestro comentario aquí, en twitter @Astroatualcance o en la página homónima de Astronomía a tu Alcance de Facebook en que ya somos 482 (y te puedes unir aquí mismo, esquina superior derecha). Buenos días a los españoles y buen despertar a los americanos.
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