Ayer, día 28 de noviembre, estaba previsto que el cometa ISON pasara por su perihelio, es decir, llegara al mayor momento de cercanía al Sol de su órbita. En el aire había muchas posibilidades: ¿estaba ya fragmentado su núcleo? ¿sobreviviría? ¿sería el comienzo de una muerte asegurada? Este fue uno de los eventos astronómicos más seguidos a nivel mundial de 2013 por su trascendencia -se decidía el futuro del que sería el cometa más brillante en décadas o quién sabe si todo el siglo-, ya que fue uno de los primeros que se pudieron ver en directo. A partir de la tardea ya podíamos ver las primeras retransmisiones o "streamings" en directo.
El perihelio, que estaba previsto a las 18.25 UTC (19.25h en España), conllevaría al cometa ISON a poco más de 1 millón de kilómetros del Sol, lo que le llevaría a sobrepasar la línea de integridad, en el que las altas presiones solares y el calor -que superaría los 3000 grados centígrados-, podrían hacer de él una engullida nube de pedazos. Días atrás incluso se pensaba que el ISON podría estar ya fragmentado, de ahí las dos colas que presentaba, aunque no había sido confirmada esta teoría.
Una vez el cometa entró próximo al Sol, rozando el millón de kilómetros (un 1% de la distancia Tierra-Sol y exactamente un diámetro solar) pudimos ver al cometa aumentando su brillo y sobre todo, la longitud de su cola exponencialmente (esta cola, curiosamente, medía más del doble que la distancia que había entre el núcleo del cometa y el Sol). Nada se volvió a saber de él, hasta que las nuevas imágenes del SOHO, de las cuales esperábamos que saliera victorioso el cometa ISON, no mostraron más que una brillante pero esparcida nube de extraña naturaleza.
Mucho debate hubo por las redes sociales, ya que se difundían muchas noticias, a cada cual más versionada, desde que el ISON estaba brillando intacto hasta que el ISON había desaparecido. Lo que los astrónomos sabían era que el objeto que había resultado en el post-perihelio, era de dimensiones mucho menores que el cometa en su pre-perihelio, es decir, era mucho mayor antes del perihelio que después, lo cual llevo a asumir que se había fragmentado. La duda fue si total o parcialmente, dado que no había más imágenes que aquella, en la que pudimos ver cómo el cometa salía pero no cuál era el desenlace: faltaba una imagen que nos mostrara el movimiento -o no- de esa nube que para unos era polvo y gases, para otros un núcleo y para otros incluso una gran cola regenerándose.
Muchos periódicos, más guiados por el alma que por el verdadero rigor, redactaban noticias a cada cual más estrambótica, desde que el ISON ya estaba muerto hasta que el ISON acababa de sobrevivir (lo cual, siendo medios de masas, deja mucho que desear que cada uno de una versión distinta, cuando la función de los mismos es informar). Para quien quiera comprobarlo, El Mundo, más conservador, anunciaba una vez conocidos los detalles: "La cola del cometa ISON sobrevive (...) pero no así su núcleo". La Vanguardia, se arriesga esta mañana diciendo: "El cometa ISON no sobrevive al Sol". El periódico Levante, más drástico aún, proclama, rimbombante: "Así se desintegró el cometa ISON al pasar por el Sol". El periódico ABC sentenciaba: "El cometa ISON, ¿un triste fiasco?" "El cometa ISON puede haberse <<roto>> tras su vuelo suicida". Otros periódicos han preferido informar cautelosamente, siendo de los primeros, como El Correo y La Voz de Galicia que afirman, respectivamente: "Cometa ISON: hay vida después del perihelio" e "ISON ha desaparecido, <<el cometa del siglo>> podría haberse desintegrado".
Ya esta mañana, hemos podido observar con mayor detenimiento nuevas imágenes que nos llegan del SOHO, el gran observatorio solar que de tanto nos ha servido en estas ocasiones desde hace más de una década, como ocurrió en su día con el cometa Lovejoy. Ha sido, cuanto menos, extraño: ¡Volvía a aparecer otro objeto, esta vez distinto! ¡Se trataba de un objeto con doble cola, como se mostró el ISON! ¿Qué era eso, qué diría la NASA?
Pues lo cierto es que la NASA, sorprendida ante esto, sigue sin dar su parecer. De lo que parecía una muerte anunciada, pasó a verse lo que parecía ser una nube de polvo y ahora pasó a opinarse que era de nuevo el cometa. Sin duda alguna, tres imágenes hicieron bascular a todos los astrónomos entre tres hipótesis distintas, si bien ninguna terminaba de encajar con lo predicho: ¿Podía seguir la dirección de la órbita del cometa una nube de polvo? ¿Podía una cola ser más potente que el núcleo? Son cuestiones que tenemos presentes e intentaremos confirmar y resolver.
Con estas dudas seguimos a estas horas. Una vez narrado "brevemente" el transcurso del perihelio y el distinto material que se publicó, ahora toca dar mi opinión y la de la comunidad astronómica, sobre qué es lo que estamos viendo y con qué se saldará.
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