28 de noviembre de 2012

La Tierra, un punto azul pálido...

Saludos, hoy os venimos con una entrada histórica, mítica entre las frases célebres astronómicas y entre las 10 mejores imágenes astronómicas jamás tomadas y de un gran astrónomo, como fue Carl Sagan.


La fotografía fue tomada el 14 de febrero del año 1990, por la sonda Voyager I, cuando se encontraba a 6.000 millones de kilómetros de la Tierra, aproximadamente a la distancia de Plutón (40 unidades astronómicas). La sonda viajaba a 17.8 kilómetros por segundo (unos 64.000 kilómetros por hora), y aún así su cámara principal pudo girarse y tomar esta fotografía, que pasará a la historia astronómica. A tales velocidades, abismales, la cámara pudo tomar una imagen a una resolución para aquellos entonces, increíbles.

Ese punto insignificante que vemos en la imagen, "un punto azul pálido", es la Tierra, un punto que, a la distancia, desde los otros planetas, parece un punto inexpresivo, pequeño, minucioso, débil y frágil, y que de momento, ese mero punto, es cuna de nuestra civilización, la única inteligente hasta el momento, y comparado con el espacio exterior, es frágil, razón de más para cuidarlo.


Esta imagen, ya de por sí muy valorada, se hizo más famosa por la interpretación que le dio el astrónomo experto Carl Sagan, que fue un gran pilar en su historia astronómica, ya que escribió un libro sobre esta imagen (será también la imagen que más haya dado de sí, ¡un libro!), que publicó en 1994, después de realizar la serie más exitosa de la historia, "Cosmos", que aún hoy, 20 años después, sigue siendo la piedra angular de la formación de muchos astrónomos en su camino a la experiencia.


El libro, titulado "Un punto azul pálido. Una visión del futuro humano en el espacio.", fue una especie de escrito astronómico, científico en general y con una gran predominancia del texto filosófico, dentro del cual una frase da sentido al libro y a su título:


Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros (refiriéndose a la Tierra). En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas

La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.
La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.
Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de los prejuicios humanos que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido.

Este libro y estos párrafos sobre la Tierra de Carl y aquel punto pálido le valió su reconocimiento por tal obra, suscitó la emoción de los "terrícolas" y por una parte movió a la conciencia de todos y cada uno de los habitantes de ese punto pálido, frágil, débil y minúsculo en una vasta región, un grano de arena en una playa, que debe ser conservado, porque es lo único que tenemos y lo único en donde podemos caer. 
Tal reflexión y, anterior a ésta, la difusión que tuvo y lo que significaba ésta, siendo una imagen simple pero con mil palabras atribuibles, la convirtió como una de las 10 mejores fotografías astronómicas de la historia en el año 2001, según la revista Space. 

Desde nuestra opinión, coincidimos, -cómo no-, con lo que dijo el grande de Carl. Plutón está a 0.0006 años-luz, y el Universo mide 14.000 millones de años-luz. Desde la distancia de Plutón, la Tierra es casi indistinguible, imaginémonos desde los confines del Universo. Somos, una pequeña bola azulada, por la cual nos disputamos. Matamos, herimos, nos disputamos, por ser algo en esa bola, apenas un pequeño punto pálido, tenue, casi imperceptible entre los demás planetas, insignificante, mero, salvo que, con una distinción entre los demás: habitado. Hemos de conservarlo, de nada sirven las disputas por un territorio insignificante, cambiante, uno entre trillones de planetas que pueden haber en el Universo, y aún así algo nos caracteriza, la naturaleza, es frágil, cambiante y sensible, y no podemos dejarlo escapar, no podemos atenuar el ya pálido y tenue punto azul, no podemos desteñir ese punto, hemos de colaborar, cooperar y hacer que ese tenue punto azul se agrande, se avive, y nos haga orgullosos de, aunque pequeñitos y aislados, pertenecer a él, y haber sido colocados en su seno.

Esperamos que os haya gustado la entrada; es nueva entre las sagas históricas y nueva en cuanto a las reflexiones filosóficas, ya que no habíamos puesto una entrada adoptando ese rol. Si queréis compartir vuestra opinión o pensamiento sobre nuestro punto azul, podéis mandarnos un comentario, y un tweet a Blogastronomico. Esto es todo, mañana más, y mejor, porque ya hemos preparado las primeras astrofotografías de Júpiter y de la Luna de hoy, y colgaremos nuestras observaciones. Permaneced alerta porque estos días vendrán más entradas y muy interesantes.
Un saludo, buenas noches y pasad buen miércoles, os deseamos lo mejor.

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